Chile Santiago. Tras dos días de reuniones, los presidentes de las organizaciones empresariales de los 20 países latinoamericanos, España y Portugal, manifestaron en su declaración su "profunda preocupación por el aumento de la inseguridad política y jurídica" y por "los ataques a la iniciativa privada en algunos países", en alusión a Venezuela, Bolivia y Ecuador y sus procesos de nacionalización energética o reformas constitucionales.
Además reclamaron "un entorno favorable para la creación y el desarrollo de las empresas iberoamericanas" y poder fomentar así el desarrollo económico, en palabras de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Estas demandas y preocupaciones se recogen en un documento que entregaron este miércoles a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, como aportación a la XVII Cumbre Iberoamericana, que se celebrará del 8 al 10 de noviembre en Santiago.
La inestabilidad política "limita la inversión extranjera", mientras que la macroeconómica "genera incertidumbre sobre el retorno de la inversión, eleva el riesgo-país, encarece el costo del crédito y puede destruir sistemas financieros completos, provocando crisis traumáticas", recordaron los dirigentes empresariales.
Entre las medidas requeridas están "respetar plenamente la propiedad privada", "la existencia y la aplicación de normas jurídicas claras y estables", "mejorar la calidad de las instituciones y del sistema educativo", el "establecimiento de marcos regulatorios claros y estables" y el "respeto al Estado de derecho".
"Las deficiencias institucionales y el exceso de regulación son probablemente la mayor causa del problema de falta de competitividad de la región", además de "la tradicional falta de coordinación entre el gobierno y el sector privado", acusan los representantes empresariales en el documento.
A esto se añade el cumplimiento de los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Se trata de "condiciones indispensables para la sostenibilidad de nuestras empresas para crear un entorno favorable a la inversión", recordó Díaz Ferrán.
Al lado de estas medidas, el diálogo social "es una herramienta importante para que dichos cambios se hagan en un clima de consenso y paz social", reconoció, mientras que la responsabilidad social de las empresas es algo "voluntario".
Por su parte, Bachelet, que inauguró seguidamente el III Encuentro Empresarial Iberoamericano, recordó a los empresarios que la responsabilidad social de las empresas es una tarea "de todos".
Y describió el ejemplo de crecimiento de su país explicando que aunque "durante mucho tiempo se ha señalado que no se puede crecer con igualdad", "la apuesta de Chile" fue combinar el crecimiento económico con las reformas estructurales, "de la mano de políticas sociales con más prosperidad para todos".
"Se puede crecer con equidad" y esto "no es sólo posible, sino esencial para tener democracias más estables y sociales".
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